Sin embargo, no podía faltar el "pero", también en mayúsculas: Hay mucho que podemos hacer nosotros, de entrada, volver a poner en marcha nuestro cerebro:
- Reflexionar sobre qué nos conviene comer, beber, hacer y cómo vivir nuestra vida y nuestras enfermedades.
- Ser más crítico con nuestros médicos, hacerles preguntas tal vez incómodas.
- Cuestionar nuestra actitud frente al consumo de medicamentos en general y a los analgésicos en particular (son una enorme fuente de dinero para unos, el consumidor sin embargo se juega la salud!)
- No creer todo lo que nos sugiere la publicidad.
- Reflexionar y cambiar de hábitos.
¿Os parece difícil?, pero no hay otra opción si queremos mantenernos en salud durante toda la vida, si queremos decidir nosotros qué terapia seguir, si queremos llegar a mayores con mejor calidad de salud. Los diez puntos que menciono en mi web forman la base de este "programa" que iré desgranando en este blog a lo largo de las próximas semanas.