miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿La mejor cura? ¡Prevenir!

Estos días y seguramente por haberse celebrado sendos "Día de.." se acumulan noticias  sobre la obesidad y la diabetes, propagando que la mejor forma de prevenir las dos enfermedades es seguir una dieta saludable - que no mediterránea, que a su vez acaba de ser incluida en el patrimonio cultural de la Unesco - y hábitos saludables como ejercicio físico a diario, eliminar tabaco y reducir el consumo de alcohol.

Hasta aquí todo perfecto. Pero echo en falta más insistencia sobre un hecho tan simple como a la vez tan difícil de realizar: una dieta saludable, 30 minutos de ejercicio a diario y un rato dedicado a una actividad creativa es la mejor prevención para todo tipo de enfermedad. Estaríamos más sanos, más flexibles física y mentalmente, más satisfechos de nuestros logros... en definitiva más feliz, ergo menos enfermos. Está más que comprobado que una actitud positiva hacia la vida nos ayuda a mantener mejor nuestra salud y las enfermedades a raya. Pero entonces, ¿porqué nos cuesta tanto?

Cuesta porque los hábitos, sobre todo los alimentarios, son muy difícil de cambiar, están muy bien arraigados en nuestra cultura y cambiar chocolate por una fruta, la barra de toda la vida por un pan de esbelta o queso por tofu no es muy atractivo que se diga.
Para el ejercicio físico sirve la mejor de las excusas y esto sobre todo entre las mujeres: "No tengo tiempo". No es cuestión de añadirle más cosas al día ajetreado, es cuestión de poner prioridades... La misma excusa vale también a la hora de dedicarle un ratito a una actividad creativa, sea esto cantar, bailar, escribir, pintar, hacer ganchillo, patchwork, manualidades, bricolaje y un largo etc. Este tipo de actividad ayuda a canalizar emociones como ansiedades, miedos, rabia, frustración.. qué mejor que tener un cuadro pintado que ¡unos quilos de más!

Hacer el esfuerzo de introducir cambios por pequeños que sean, a la larga siempre vale la pena, se lo agradece el físico, la mente, el alma... lo que no tengo muy claro si lo agradece también el médico. Seguro que a más de uno le ha pasado alguna vez que el médico, en vez de felicitarse por tener todo bajo control, busque el "pero" más pequeño e insignificante...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Tratamiento holístico de la obesidad

La obesidad se está convirtiendo en una plaga mundial entre los países más desarrollados y es una bomba de reloj de cara al futuro sanitario y económico. Los niños de hoy serán los diabéticos e hipertensos de mañana, los que tendrán cardiopatía, asma o problemas a nivel del aparato locomotor. Y por vez primera en la reciente humanidad esta generación tendrá menos años de esperanza de vida que sus progenitores.


Entre los menos favorecidos
Lo que llama la atención es que la obesidad se extiende sobre todo entre las personas de capa social medio-baja. Existen varios estudios sobre la mayor incidencia de obesidad entre personas con menos recursos. Esto no se debe sólo por un posible déficit de formación: En vez de consumir alimentos ricos en nutrientes, biológicos y no procesados muchas personas compran justamente los alimentos ricos en grasa, azucares y aditivos, desmineralizados, procesados y precocinados… ¿porqué? Pues sencillamente porque son los alimentos a mejor precio, a lo que justamente ahora mucha gente recurre para poder llegar a final de mes. A parte de una pobre aportación en nutrientes este tipo de alimentos puede provocar una disrupción en el sistema hormonal causando más daño al organismo ya malnutrido. Si le añadimos un entorno ácido por la ingesta exagerada de proteína animal, ya tenemos un terreno perfecto para todo tipo de patología.


Cambio de dieta
Hacer cambios en el régimen alimenticio es lo más difícil que hay. De entrada es un tema cultural y de desconocimiento (“la carne da fuerza”, “los hidratos de carbono engordan”). Por otra parte, la comida sirve de válvula de escape para muchos temas: ansiedad, falta de aprecio, aburrimiento… pues con unas patatas fritas, el chocolate de turno y el bollo de la merienda se puede llenar - por unos momentos - este vació que se siente a veces.

Tratamiento holístico
El tratamiento de la obesidad es complicado, necesita mucha perseverancia y tendría que ser siempre pluridisciplinar. Cambiar sólo la dieta (que ya de por sí es difícil) no basta, hay que tener presente los temas emocionales y psicológicos, y tiene que ir acompañado siempre de una actividad física continuada en el tiempo. Si no se trabaja de fondo la obesidad y se intenta solucionar con dietas milagrosas tarde o temprano todo volverá como antes. Esto genera más frustración e inevitablemente…llevará a comer más…. Es el pez que se muerde la cola. Romper este círculo vicioso es el gran reto.


Cómo hacer
Parece muy sencillo, pero no lo es. A la persona afectada, le espera mucho trabajo, es un camino arduo y no consiente relajación. Por un lado y como primera medida hay que drenar el organismo para que se libere de todas las toxinas. Al mismo tiempo hay que cambiar radicalmente los hábitos alimentarios y fomentar aquellos saludables como ejercicio físico a diario. Por otro, se recomienda una actividad en que pueda expresar la energía creativa (pintura, canto, escritura etc.) y así darle un canal a aquellos pensamientos obsesivos, repetitivos y destructivos que tarde o temprano llevan a la comida descontrolada. Todas estas mesuras van acompañadas por un tratamiento homeopático constitucional.


Cuanto antes se empiece el camino hacia la salud, mejor. No espere que aparezcan los primeros trastornos físicos, es importante actuar cuanto antes.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Vacaciones.... al hígado

Los pequeños estragos del verano pasan factura: Helados, cervecitas, mariscos & co. afectan al trabajo del hígado. El hígado es nuestro órgano limpiador, por aquí pasan todos los elementos nocivos a eliminar, tanto los que vienen de fuera (medicamentos, metales pesados, grasa etc.), como los producidos por nuestro organismo (colesterol p.ej.). Si el hígado no está bien, se resiente todo el organismo: puede haber cansancio, falta de apetito o digestiones lentas y pesadas.

Para mantenerlo sano, nada mejor que regalarle vacaciones de vez en cuando. Las mejores épocas son ahora en septiembre y en enero, justo después de las épocas con más "extras". Como hacerlo? La versión más llevadera dura una semana y es tan fácil como seguir las siguientes pautas:

  • Durante una semana, comer solo verdura, fruta y cereales integrales
  • Eliminar toda proteína animal: nada de carne, pescado, embutido ni productos animales como lácteos, yogures, queso...
  • Eliminar todo lo dulce: azúcar, bollería, chocolate, chuches etc.
  • Reducir a un mínimo las grasas, consumir muy poco aceite de oliva
Para optimizar el resultado, hay que tomar 2 veces al día 25 gotas de Cardo Mariano, la planta medicinal protectora del hígado.

Con estas sencillas pautas devolvemos energía al hígado y con el, a todo el organismo.
Pero como siempre, el mejor tratamiento es la prevención. Por esto, lo mejor es hacer cambios en la dieta diaria, que se base sobre todo en verdura, cereales integrales y fruta y en que todo lo dulce, las proteínas animales y el alcohol se vean reducidos a ocasiones especiales.

domingo, 15 de agosto de 2010

De vuelta...

Después de unas semanas de dolce far niente, cuesta a todos volver a la cotidianidad, incluso los hay que padecen depresión post-vacacional. Dejar las cosas que nos gustan hacer para volver a la rutina, al trabajo o a la escuela es ya por sí difícil. Pero si le añadimos que aparentemente el hombre necesita un objetivo placentero al que atenerse - y las vacaciones son uno de estos objetivos - al acabarse los días tanto tiempo anhelados, puede que una persona caiga en un vacío.

Unos consejos sencillos para evitar el bajón post-vacacional:
  • Volver unos días antes de incorporarse al trabajo nos permite adaptarse a los horarios y a la rutina.
  • Crearse pequeños objetivos placenteros a lo largo del día para que siempre haya una meta agradable que alcanzar.
  • Poner en práctica por lo menos uno de los propósitos hechos durante las vacaciones.
  • Ahora toca vacaciones al hígado para que se recupere de los pequeños grandes estragos alimenticios del verano.
  • Empezar el día con una sonrisa y acabarlo con un gracias.

Lo más sorprendente: parece que los humanos somos más felices si hacemos felices a los demás... pues qué mejor momento para dedicar un poco de tiempo a nuestros conciudadanos no tan afortunados.

¡Feliz retorno!

miércoles, 14 de julio de 2010

Un buen verano

El verano es época de vacaciones,  de verse con amigos y la familia, comer tarde y cenar tardísimo, descanso repartido entre unas cuantas horas la noche y una siesta tardía... Normalmente nos tomamos también vacaciones de los buenos hábitos adquiridos durante el año: no nos movemos mucho, caen alguna que otra cervecita y a la hora de comer nos permitimos más que un extra entre aperitivos, fritos y helados.

Puede que alguien de mis lectores ¿tenga mala consciencia? Mi consejo sin embargo es: ¡disfrutemos del verano, del dolce far niente pero sin complejos, conscientes de que después de vacaciones volveremos a la normalidad  en todos los ámbitos!

Si, en caso contrario, deseamos continuar cuidándonos e incluso aprovechar esta época para recargar las pilas de energía y de bienestar, aquí algunos consejos.

  • Levántese temprano y aproveche las primeras horas aun no tan calurosas para una actividad física de su agrado: caminar, nadar, ir en bici...
  • Saboree mínimo tres frutas al día, nunca ha sido más fácil, con tanta oferta que hay.
  • Beba mucho, muchísimo líquido en forma de agua natural, infusiones y zumos. En verano necesitamo hidratarnos mucho más. No nos olvidemos de las personas mayores: con la edad se pierde la sensación de sed y se olvida beber.
  • A la hora de comida y la cena opte por alimentos ligeros y no tan calientes.
  • Dedique una hora a sus sueños, sus planes, sus fantasías.
  • Baje el ritmo, esconde agenda y el móvil de trabajo,
  • Baje el ritmo también al andar, mire el cielo, observe las golondrinas
  • En resumen, disfrute del momento y de la vida