domingo, 15 de agosto de 2010

De vuelta...

Después de unas semanas de dolce far niente, cuesta a todos volver a la cotidianidad, incluso los hay que padecen depresión post-vacacional. Dejar las cosas que nos gustan hacer para volver a la rutina, al trabajo o a la escuela es ya por sí difícil. Pero si le añadimos que aparentemente el hombre necesita un objetivo placentero al que atenerse - y las vacaciones son uno de estos objetivos - al acabarse los días tanto tiempo anhelados, puede que una persona caiga en un vacío.

Unos consejos sencillos para evitar el bajón post-vacacional:
  • Volver unos días antes de incorporarse al trabajo nos permite adaptarse a los horarios y a la rutina.
  • Crearse pequeños objetivos placenteros a lo largo del día para que siempre haya una meta agradable que alcanzar.
  • Poner en práctica por lo menos uno de los propósitos hechos durante las vacaciones.
  • Ahora toca vacaciones al hígado para que se recupere de los pequeños grandes estragos alimenticios del verano.
  • Empezar el día con una sonrisa y acabarlo con un gracias.

Lo más sorprendente: parece que los humanos somos más felices si hacemos felices a los demás... pues qué mejor momento para dedicar un poco de tiempo a nuestros conciudadanos no tan afortunados.

¡Feliz retorno!