Unos consejos sencillos para evitar el bajón post-vacacional:
- Volver unos días antes de incorporarse al trabajo nos permite adaptarse a los horarios y a la rutina.
- Crearse pequeños objetivos placenteros a lo largo del día para que siempre haya una meta agradable que alcanzar.
- Poner en práctica por lo menos uno de los propósitos hechos durante las vacaciones.
- Ahora toca vacaciones al hígado para que se recupere de los pequeños grandes estragos alimenticios del verano.
- Empezar el día con una sonrisa y acabarlo con un gracias.
Lo más sorprendente: parece que los humanos somos más felices si hacemos felices a los demás... pues qué mejor momento para dedicar un poco de tiempo a nuestros conciudadanos no tan afortunados.
¡Feliz retorno!